martes, 26 de abril de 2011

La resistencia antimicrobiana es un importante problema de salud pública que afecta a la mayoría de los países del mundo. El incremento del uso de antibióticos, su mal uso y otros factores han dado lugar en las ultimas décadas a la emergencia de resistencia antimicrobiana entre diversos microorganismos. Los países de la Región de las Américas comparten la preocupación por este tema.
La resistencia a los antimicrobianos está teniendo un impacto negativo en la lucha contra la tuberculosis, malaria, cólera, otras diarreas y neumonías, enfermedades que juntas constituyen la causa de muerte de más de 10 millones de personas anualmente en el mundo.
Además, las infecciones nosocomiales y el uso poco racional de muchos fármacos ha favorecido que algunas bacterias hayan desarrollado mecanismos que las hacen resistentes a muchos de los antibióticos utilizados habitualmente en su tratamiento, conociéndose como bacterias multirresistentes.

El problema de la resistencia se centra en pacientes críticos, esto es inmunodeprimidos, niños, ancianos, o pacientes con problemas cinéticos (dializados, etc.) Cuando un patógeno multi-resistente ataca a un paciente con alguna de las características citadas, los antibióticos normalmente usados no funcionan y hay que trabajar con las drogas más nuevas y, por supuesto, más caras. En el caso de tener éxito, siempre será un éxito muy oneroso. Obviamente, el fracaso de la terapia puede llevar a la muerte del paciente.
"Estas bacterias no son nuevas y seguirán apareciendo", advierte la OMS, que reclama un seguimiento más detenido para determinar la magnitud del fenómeno y los modos de transmisión, así como para definir las medidas de control más eficaces.
La llamada de alerta para el problema de la resistencia a los antimicrobianos y la necesidad de tomar medidas adecuadas se dirige también a los profesionales sanitarios, la industria farmacéutica y los propios pacientes.
En el ámbito político, este organismo sugiere a las autoridades de que se desarrollen leyes para acabar con la venta de antibióticos sin prescripción y se haga un seguimiento estricto de las medidas de prevención de infecciones, tales como el lavado de las manos, sobre todo en los centros sanitarios.
El control de los microorganismos multirresistentes se ha conseguido con éxito en muchos países, lo que demuestra que "las medidas de prevención y control de las infecciones existentes son eficaces para reducir su propagación cuando se aplican de forma rigurosa y sistemática".